ROBERTO AVILA TOLEDO

ROBERTO AVILA TOLEDO

lunes, 18 de noviembre de 2019

EL ANTIDEMOCRATICO Y TRAMPOSO ACUERDO CONSTITUCIONAL



Los que han administrado lucrativamente el modelo neoliberal durante los últimos 30 años han llegado a un acuerdo para una nueva constitución política. La actual es ilegítima en su origen es también ilegitima en su ejercicio, millones de chilenos exigen en las calles su derogación.

Este acuerdo de la clase política se hace para aplacar la ira ciudadana. El uso de la fuerza bruta que ha costado 23 muertos, casi doscientas personas con sus ojos reventados,  5 mil ciudadanos privados de libertad por razones políticas y 1.200 sometidos a proceso se ha mostrado ineficiente. Con una perseverancia épica los ciudadanos desarmados no han echado pie atrás. La casta política se ha visto forzada a ceder. Del discurso piñerista que llamaba delincuentes a los ciudadanos queda ya muy poco. Ahora quiere hacernos jugar pepito paga doble, el de eso sabe mucho.

La casta busca mantener sus privilegios con esta maniobra forzada y tramposa. Demos un ejemplo, las irritantes y  millonarias dietas parlamentarias se mantendrán. Se aprobó el ´presupuesto con la misma glosa para el parlamento no se rebajó ni un solo peso. Paralelamente carabineros y ejército han recibido bonos extraordinarios en dinero.

Después de esta masacre, que nadie puede asegurar que ha terminado, cuando escribo estas líneas se reporta la muerte de un joven en Plaza Italia, las responsabilidades del ´presidente Piñera y de sus ministros del interior queda flotando en el aire-. Después de este ataque sistemático y generalizado sobre la población civil el presidente/dictador encabeza el proceso constitucional.

La agenda social, que es lo relevante, lo constitucional es instrumental a lo primero, se deja para las calendas griegas. Si la constitución nueva se dicta en dos años más sólo ahí se verán los cambios sociales, mientras tanto, las AFPs, Isapres, colusiones, sanitarias, concesionarias, los bancos usureros pueden seguir a sus anchas.

Hay que ir a votar, pero sabiendo y aclarando que la casta política y los empresarios a los cuales sirven están tendiendo una maniobra de mala fe. No quieren una nueva constitución quieren apaciguar para seguir en lo mismo. 

Pero igual debemos votar hay que ganar en las calles y en las urnas.

El quorum establecido para la redacción de la constitución nos retrotrae al 17 de Septiembre de 1810, a la monarquía. En efecto el principio básico de toda democracia es que todos somos iguales y que por ende un hombre o una mujer son un voto y todos los votos valen lo mismo.

La desigualdad es decir que unos son mejores y valen más que otros son ideas monárquicas. Hemos vuelto a la idea de los “notables”. Si alguien es conservador su voto en la asamblea constituyente vale el doble de alguien que quiera cambios. Esto es volver al sistema binominal. Si los supuestos progresistas e izquierdistas fueran tan sólo republicanos no debieron aceptar jamás esta afrenta a la democracia. Pero no representan ya a la ciudadanía sólo defienden sus mezquinos intereses.

Ha hecho muy bien el alcalde Sharp en denunciar esta maniobra tramposa y tomar posiciones políticas claras.

La situación es dinámica y este acuerdo entre cuatro paredes de los cocineros del erario nacional puede ser desmontado en sus aspectos tramposos por una movilización social ascendente que todo indica que ocurrirá, 

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