Se ha convocado
a una marcha familiar para el 26 de Marzo por quienes promueven el cambio de
sistema de AFP. Esta apreciación crítica se encuentra
largamente justificada a la luz de las paupérrimas pensiones que reciben los
jubilados en este sistema.
Lo peor es que
la tendencia es a empeorar la situación, digamos tan solo que en 15 años más el
98% de los pensionados en AFP recibirán menos del miserable sueldo mínimo.
La inmensa
mayoría de los pensionados por vejez reciben simplemente 100 mil pesos y algo
más mensualmente. Ante ello el estado acude no para resolver un problema de
seguridad social sino algo concebido como indigencia. En efecto, el sistema no
opera automáticamente sino que el pensionado debe acudir a una municipalidad y
convencer a los funcionarios de su pobreza, en evidente disputa con otros
peticionarios.
Las AFP tienen
problemas estructurales que les impiden el pago de pensiones que permitan
vivir dignamente.
Primero, sus
ingresos son necesariamente insuficientes. Con el ahorro actual del 10% del
ingreso, una persona que cotice regularmente durante 40 años, situación
altamente improbable, tendrá ahorrado el equivalente a su remuneración
por 4 años. Esto hace necesario un aporte del empleador y otro del Estado.
Segundo, el
fondo de ahorros se invierte en su mayor parte en instrumentos de renta
variable (acciones) las cuales pueden sufrir fuertes bajas, como el año 2008 en
que la quiebra de Lehman Brothers en EEUU hizo que los cotizantes de fondos A a
D perdieran el 40% de sus ahorros. Un ahorro previsional es una garantía para
el futuro, no es razonable que estos dineros se apuesten en una suerte de
economía casino que son las bolsas de comercio.
Un juez de familia quitaría la tuición de sus hijos a cualquier padre o madre que dijera que el dinero de la mantención de su casa lo va jugar a un casino para que rente más.
Tercero, existe un escaso control de las actividades de inversión de las
AFP. Los dueños de los ahorros no saben en que se invierten ni las comisiones
que se pagan. Esto es muy grave, sin control alguno abre espacio a las peores
manipulaciones. Si se contrata a alguien para realizar un trabajo no es justo
ni legal que esta contrate a otro, que también hay que pagar, sin la
autorización de la persona que encarga el trabajo.
El sistema de AFP nunca fue bueno para los cotizantes. El gobierno
militar que las impuso tenía conciencia de ello ya sí nunca las fuerzas armadas
han cotizado en AFP y se les conservó sus cajas de previsión.
Al momento de
la instalación de las AFP en 1980 se dijo que serían un aporte a la economía
del país pues permitirían invertir estos ahorros en actividades productivas en
el país. Esto no ocurre pues los fondos se invierten mayoritariamente en el extranjero.
Se señaló
también que se pagarían mejores pensiones, ello no ha ocurrido pues si se
comparan las pensiones del Instituto de Seguridad Previsional o las de
Capredena/Dipreca con las de las AFP, estas últimas son las más bajas.
Por último, la
situación económica de los ciudadanos de la tercera edad no es un asunto
exclusivamente privado sino una cuestión central de las políticas públicas,
como: defensa, educación, relaciones exteriores, justicia y salud.
Entender esto
de una manera distinta deja al Estado con el gasto de las situaciones de
indigencia y a las AFP con las utilidades de lo que para ellas es un negocio.
Las AFP tienen
utilidades cuatro veces superiores al resto de las empresas en el mercado, esto
hace inexplicable desde el punto de vista de sus aciertos en las inversiones.
El inversor no puede tener más utilidades que la empresa en la cual invierte.
Esto demuestra el
negocio de las AFP es útil a ellas pero no a los cotizantes forzados,acredita también que las
utilidades surgen de los abusos legales sobre los cotizantes.
Si una persona
gana un millón de pesos mensuales debe entregar obligatoriamente 125.000 mensuales,
de ese dinero 100 mil entran a la cuenta del cotizante los otros 25 mil quedan para
la AFP como administración, es decir por recibir el dinero. Es un negocio
superior a cualquier otro. Lo justo y lo legal en cualquier parte del mundo es
que quien recibe el dinero paga un interés por recibir dinero ajeno, en Chile
el dueño del dinero “paga” por entregarlo.
Estos abusos
deben cesar.
ROBERTO AVILA
TOLEDO
Abogado.
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